Capítulo 1
Un súbito despertar. Elia concibe un impulso que la conduce hasta la lujuria. No es la primera vez que adentra sus dedos en la fina
malla de sus vestidos, ni será la última que esboce el despliegue de un orgasmo. Su cuerpo satinado es un lírico descenso hacia la locura
de quienes osan poseerlo y apenas su sedosa cama puede albergar sosiego a un
ser tan libidinoso.
Un Sphynx la observa desde el descansillo de su ventana y es testigo de su placer. La luz de la Luna reverbera en Elia y se proyecta sobre su piel, queriéndola esclavizarla en su belleza, confabulándose en una extraña ambición de la naturaleza.
Hay sexo y desenfreno. De repente, el
grito de un deleite. El gato se estremece y salta sobre su ombligo. Sus pasos lo llevan a los tersos senos desnudos. Quiere alimentar la lascivia de su dueña con lamidas
sobre el pezón erecto, embadurnado el día anterior con una loción de
melocotón muy aceitosa.
Elia no puede sentirse más húmeda en su éxtasis.
Entonces, un bramido sucede en la oscuridad de la noche y alguien llama a su
puerta.
Escrito por: Alexander Malone.
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