Capítulo 7
Stephan llegó rápidamente al aeropuerto. Llevaba una mochila con algunas pertenencias y no traía nada que no fuera necesario: Un par de prendas para cambiarse, dinero y su libreta.
Mientras esperaba su vuelo se acercó a una librería donde le había llamado la atención un libro titulado "Mitos y leyendas de Madrid". El destino era caprichoso y su llegada era necesaria... O eso quería creer él.
"Nada es casualidad, y desde que me encontré aquella página iba sumándose una tras otra. Si hubiese actuado como hasta entonces, nada hubiera sucedido y no me lo habría perdonado nunca".
Stephan se sentó a leer el libro mientras prestaba atención a la pantalla de aviso de llegadas y salidas, donde anunciaban que su vuelo se había retrasado. Stephan entró en cólera y no entendía la situación, así que corrió al servicio de información para preguntar.
-Perdona... Es que pone que el próximo vuelo hacia Madrid se ha retrasado y tengo prisa... ¿Sabes por qué ha sido?-
-Lo siento, no puedo decirle mucho. Sólo sabemos que hay complicaciones en ese destino.-
-¿Y por eso retrasan el mío? En fin...- Su enfado iba en aumento, pero no le impidió darle las gracias al personal del aeropuerto antes de marcharse, sintiéndose profundamente extrañado de todo aquello.
"Era raro. Quería salir de allí cuanto antes y llegar a Madrid. Me daba igual que pasase entre medias, incluso si el avión acabara estrellándose".
Al volver a su asiento y reanudar la lectura del libro, Stephan escuchó una voz que parecía dirigirse a él.
-Deberías tener más cuidado.-
Stephan, sorprendido, bajó su libro y empezó a buscar la procedencia de aquella misteriosa voz. Al girarse vio a Thoman, sentado y con las piernas cruzadas.
"Tenía sesenta años, aproximadamente, aunque no los aparentaba y tampoco los debía tener. Su pelo era blanco, igual que la barba. Ambos muy cuidados. Llevaba un traje marrón pálido. No me gustaba mucho como vestía porque era un señor mayor que, de no ser por el traje y su barba tan pronunciada alguien diría que tenía treinta y pocos. Debido a eso, irradiaba un aire de superioridad y de respeto que a poca gente le he visto. Supongo que era un truco".
-Ya lo sé. No sé qué me pasa...- Stephan agachó la cabeza en gesto de vergüenza e hizo una especie de reverencia accidental.
-Se nota que lo estás pasando mal...- Stephan le miraba de reojo mientras erguía su cabeza de nuevo.
-¿Sabes eso que dicen de que el tiempo todo lo cura? Pues dejarse llevar solamente no vale, hay que poner algo de nuestra parte.- El anciano caminó hasta sentarse junto a Stephan, apoyando su mano en el hombro del chico.-En caso contrario, la marea te llevará y no sabrás dónde irás a parar.-
"No pronuncié palabra, pero mi cara tuvo que ser un poema. Creo que estrujé el libro de tanto apretarlo. Thoman se quedó mirándolo un instante".
-Vas a Madrid, ¿no?-
-¿Eh? Sí, sí...-Stephan no sabía qué decir ni dónde meterse.
-Si no es indiscreción... ¿Por qué Madrid?-
"Me miraba fijamente como si quisiera que le devolviera la mirada para aguantarle un pulso. Toda esa situación me sacaba de mis casillas. Era muy surrealista".
-Motivos familiares.- Stephan trató inútilmente de esbozar la mentira, pero Thoman la pilló ipso facto.
-¡Oh! Vaya... Espero que no sea nada grave...-
"Desconozco si el anciano sabía algo más que yo mismo, pero tenía un aire tan extraño que no me dejaba pensar en condiciones".
-¿Y usted?- Le preguntó un veloz Stephan para cambiar el rumbo de la conversación.
-¡Llámame Thoman, muchacho!-
-Stephan... Me llamo Stephan.-
-Mucho gusto, Stephan.-
"Thoman se quedó en silencio un rato que se hizo eterno. Hasta que un gesto de mi mirada bastó para que contestase a mi pregunta".
-¡Sí, claro! Perdona, jeje... Yo voy a Madrid también.-
-¿Vuelve a casa o... ?-
-No, no... Para nada. Voy a reencontrarme con un viejo amigo. Aunque a decir verdad, hace muy poco que me encontré con él, pero todavía tenemos que ponernos al día. A mi edad nunca se sabe y está el tiempo muy loco.-
-Hombre, no digas esas cosas que luego se cumplen.-
-Y aunque no las digas, hijo... -
-Supongo que sí. Al final la realidad supera a la ficción.-
La charla se disipó en un extraño silencio que culminó con Stephan volviendo al libro. El interés de Thoman era espontáneo e intermitente y esperaba cualquier indicio para retomar el hilo de su ansiosa conversación.
-¿Sabes? Hay una historia de las que seguro salen en ese libro justo en Puerta del Sol, ¿sabes dónde está?-
-Sí, aunque nunca he estado en Madrid, pero sí que he visto algo.-
-El edificio principal, La Casa de Correos, que en su día no fue muy aclamada que digamos, pero bueno... El caso es que la leyenda dice que mientras se construía se les apareció el mismísimo Satanás a los obreros.-
"Me dije que esa historia es como las que cuentan las personas mayores. Leyendas que parecían salir de la nada pero que conseguían despertar el interés de uno. De esas en las que deseas saber más. El caso es que resultó tener bastante sentido lo que decía. Como si fuera una advertencia silenciosa, como si me conociera de algo y supiera cuáles iban a ser mis próximos pasos".
-Satanás les dijo que aquel sitio estaba maldito y que estaban construyendo en un mal lugar. La gente empezó a murmurar con miedo, ya sabes, y las cosas fuera de contexto eran como flechas envenenadas en bocas ajenas a esa construcción. Así que decidieron bendecir el sitio. Pero como siempre pasa, las palabras corren y cada cual cree en su propia realidad.-
-No creo mucho en esas cosas.- Dijo un Stephan curioso.
-Ya, bueno... Lo creas o no es interesante saber estas historias.- Thoman arrancó de las manos el libro a Stephan y comenzó a murmurar.-Convivimos diariamente con mitos y leyendas que años atrás se creían sobrenaturales. A pesar de todo, el ser humano sigue creyendo falsamente que tiene el control y saber absolutos.-
"Saber ciertas cosas cambian la perspectiva y significado de las palabras. No quiero pensar que Thoman hablaba con segundas, pero mi mente en esos casos no sabe reaccionar, así que pensar más de la cuenta en ello puede acabar siendo peor".
De repente, una voz aulló por la megafonía del aeropuerto.
-Sentimos comunicarles que el próximo vuelo con destino Madrid, será el último hasta nuevo aviso por causas meteorológicas. Lamentamos las molestias que esto les pueda ocasionar.-
Stephan comenzó a sentirse más intranquilo de lo que ya estaba.
-¿Te preocupa algo, muchacho?- Preguntó un atento Thoman.
-No... Es sólo que me gustaría llegar cuanto antes...-
-Bueno... Ya has oído que no habrá buen temporal cuando lleguemos.-
-No me preocupa eso, en realidad.-
-¡Oh! Mira, parece que ya podemos embarcar.-
"No sé qué estaba pensando. Creí que le iba a contar lo que estaba sucediendo pero fue como si el destino me advirtiera que no lo hiciese".
Escrito por: Daniel Álvaro Nogales.
© 2024 Cam. 556: Madrid.
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