Capítulo 2
Llegados a este punto, Stephan me comentó que tenía ciertas dificultades para recordar por lo que había pasado. Esto fue aumentando cada vez más y su coletilla empezó a ser "creo". No me malinterpreten: No quiero ser arrogante y mucho menos tratar las palabras de Stephan con incredulidad. Él acudió a mí para que yo le ayudase, pero debo ser coherente con mi discurso y relatar exactamente lo que dijo y, por otra parte, apuntar lo que noté de su forma de hablar o expresiones sobre lo que sentía.
Respecto al anterior capítulo, él comentaba la situación en un principio como si fuese un sueño, como aquel que cuenta lo que vio sin apenas importancia, pero según iba narrando, su cara empezaba a dibujar una sonrisa e incluso mostraba emociones que, según dijo, nunca antes había sentido. Dejando de lado eso, también dejó claro que en ningún momento pensó en hacer nada malo con esas cámaras, ni siquiera se le pasó por la cabeza hasta que yo se lo dejé caer, cosa que interfiere bastante en el análisis que se podría esperar de este sujeto. Mas no explicaré nada que no sea íntegramente informativo con respecto a dicha historia o a lo que Stephan se refiere.
En fin, la vida de Stephan continuaba como siempre, apenas llamativa o encantadora en ningún aspecto. La pantalla del ordenador permanecía encendida en su salón desde aquel día. Intacta, en la misma página que encontró, recargándose una y otra vez, completando secuencias de distintas cámaras.
Cada día se quedaba mirando fijamente sin saber realmente qué hacer. Quería investigar más, ver lo que la página le podía ofrecer, pero sus impulsos de rutina rompían con lo que deseaba. No tocó absolutamente nada que rodease el ordenador.
Un día al despertar, como por un impulso y seguido por el estado de sueño en el que yacía, se sentó a tomar un café delante de éste. Cuando se dio cuenta, estaba embobado mirando uno de los vídeos. Llamaba su atención de alguna forma, pero él entendía que era mera casualidad, que nunca se fijó en esa cámara, simplemente dejó que sus ojos tomaran esa decisión.
Se mostraba a una familia desayunando: Un padre, una madre y una niña pequeña. Cuando se terminó el café, como si desayunando con ellos estuviera, se levantó para dejar la taza en la cocina y volvió a sentarse. La familia estaba marchándose de casa en ese instante. Preparaban todas las cosas para el día que les aguardaba.
En este punto, Stephan comentó que sintió un gran alivio porque la familia se fuese de la casa y no entendía el por qué, pero dijo que le sorprendió ver cómo todos salían a la vez y sus caras reflejaban felicidad. Realmente no lo sintió, sino que cree que lo pensó porque giró su cabeza en el momento que salían por la puerta dejando su boca tan relajada que comenzaba a abrirse. El estado de relajación terminó en el instante en que se percató de que se habían dejado la sartén con aceite encima del fuego encendido. Un humo emergente fue el preludio de las crepitantes llamas que empezaron a brotar.
Stephan no lo pensó dos veces y comprobó la dirección del vídeo. Llamó lo antes posible a los bomberos.
-Eh... Perdón, es que estaba pasando por la calle "Lehargasse" y de una de las casas ha empezado a salir mucho humo. He llamado a la puerta pero no parece haber nadie.-
-¿Me puede decir la dirección exacta?
-Sí, claro... Pero no me puedo quedar.-
-No se preocupe. Nosotros nos encargamos. Muchas gracias.-
Stephan se quedó observando cómo los bomberos llegaban y apagaban las llamas que se extendían por la cocina. Sentía mucho miedo por si descubrían su identidad y cómo se había enterado de aquello, pero se sentía realizado por tal hazaña al ver que había salvado a una familia de perder su casa.
Para Stephan, eso supuso un antes y un después. Llamó a su trabajo y decidió cogerse las vacaciones que Luca le había sugerido.
Escrito por: Daniel Álvaro Nogales.
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