Jeremy, así se llamaba
aquel chico. No conozco mucho sobre él, pero desde que lo ví me llamo la
atención. El cine era su lugar predilecto. Allí pasaba casi todas sus tardes y
allí lo conocí. Parecía un chico solitario. Nunca tenía trato con nadie, pero
siempre iba acompañado de un libro de ficción.
Jeremy es hereje, un
corazón que se encoge. Cada palpitar de ensueño es un amago de ternura, y cada
soslayo un tercio de diamante.
A medida que el sol dejaba
ver los últimos reflejos del día, Jeremy se apresuraba a cruzar la vía central
de la ciudad. Como siempre, sus ansias de escribir un gran bestseller le hacían
llegar tarde a su cita.
Si su luz es tenue,
entonces no alaba el bienestar de mundos, pero transita la igualdad de giros. Si está apagado, no acoge, sin menoscabo, el devenir de trastoques.
Por fin veía el cine al
final de una calle abarrotada de gente. Allí esperaba Alison tan paciente como
siempre. Antes de si quiera saludarse, pudieron ver cómo una nube extraña
descendía bajo sus ojos, y en unos instantes, lo que podría haber sido una
velada interesante se convirtió en un montón de gritos entremezclados, flases
de escenas salidas de una película de terror y personas desvaneciéndose bajo sus
ojos. Lo último que Jeremy pensó fue que esto sí podría haber sido un gran
libro de ficción.
Escrito por: Andrew
Wooldstick, Claire Roberts y Kristen Grey.
© Todos los derechos reservados.
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